Y en ese maldito año que duró mas de setecientos días,
y en el que no fui libre ni uno sólo de ellos…
… yo, maldije a Dios y rogué a Satanás, con la esperanza de algún día librarme de aquella tortura, pero nadie pareció escucharme en mi último aliento.
Me tomó otra media vida recuperarme y, aunque te parezca increíble, he vuelto…
Soy otra, ya no tengo miedo