Anoche soñé contigo.
En mi sueño te pedía perdón.
Y sé que, aunque parezca absurdo, siento que tengo que pedirte perdón.
No sé exactamente por qué, pero por alguna razón me siento en deuda contigo.
Siento que hubiese podido ayudarte…
Quizás si yo hubiese sido de otra manera.
Si hubiese hecho las cosas de otra forma…
No he tenido el coraje de ser firme en muchos aspectos.
Y lo he pagado. Carísimo.
Hay muchas cosas que no entiendo, pero que ahora, por fin, puedo dejar marchar.
Fue difícil y tortuoso llegar hasta el punto más álgido, pero ha sido un millón de veces más complicado para mi recular.
Sabía que tenía que ser así, por el camino más largo, de lo contrario no lo estaría haciendo bien.
Siempre hubiese quedado algo a lo que aferrarme.
Tenía que quemar todas las posibilidades, hasta que ya no me quedaran más.
Detrás de todo eso encontraría la paz…
Y así ha sido.
Ha sido una liberación total para mí tomar la decisión.
Tomarla de verdad.
Estos días me he sentido en paz.
¿Qué si te he echado de menos?
Sabes que sí.
Te he echado y te echaré de menos a ti, a la persona. Mucho.
Pero no al hombre.
Y prefiero mil veces perder a la persona si eso significa que también saldrá de mi vida el hombre.
El hombre ya no tiene cabida en mi realidad.
Nunca supe muy bien como encajarte.
Y me di cuenta de que era porque no encajas.
No encajamos, y ya está.
En el fondo sé que tenías que pasar por mi vida, que tenía que pasarme todo esto para aprender a escucharme y valorarme más.
Llevaba casi toda mi existencia caminando contracorriente, hasta que llegaste tú y de un manotazo me obligaste a ocupar mi lugar.
En esta función te tocó el papel de villano, pero yo sé que estás circulando en dirección contraria también.
Y lamento no haber podido ayudarte a sanar.
Se quedan conmigo mil y una incógnitas… que ya dan igual.
Hay personas a las que es muy complicado ponerles un punto y final…
Simplemente, el tiempo y las circunstancias las van desgastando.
Hasta que desaparecen casi por completo.
Se convierten en un vago recuerdo…
Y un día, de repente, ya no están más…
Una confesión para liberar el alma. Lo hecho, hecho está. Hay que saber perder para después ganar.
Manuel
Me gustaLe gusta a 1 persona
Exacto. Y tan importante como dejar ir es la forma de hacerlo. Sin forzar nada…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sin rencores. Esa es la aptitud. Bien por ti.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Manuel, hoy puedo decir que ha valido la pena. Y estoy en paz ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona
Bien por ti.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es verdad…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es muy difícil, pero es lo mejor. Y el tiempo lo pone todo en su lugar ❤
Me gustaMe gusta
Siii, si que es difícil…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimo…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sobre todo cuando hubo tanto amor…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es… pero la prioridad es siempre el amor a uno mismo, el equilibrio y vivir una vida plena y feliz❤
Me gustaMe gusta