Me encantas.
Me encantó despertarme y verte dormir en mi cama.
De hecho, hice un esfuerzo por no volverme a dormir, quise disfrutar ese momento.
Verte descansar después de darme tanto.
Tu cuerpo desnudo, tu pelo sobre mi almohada, tus bragas en el suelo…
Y siento una punzada de dolor repentina, al recordar que mañana te vuelves a ir.
Otra vez tu ausencia por todas partes, y yo sin saber qué hacer…
Porque eres tú, mi querida Eva.
Y siempre serás tú.
A nuestras forma, de nuestra manera.
Por mucho que me pese…. eres tú.
Siempre tuyo,
Pablo